La Junta acerca los secretos de la vida fluvial a cientos de niños leoneses, que podrán iniciarse en la práctica de la pesca en la muestra itinerante las Aulas del Río, hasta el domingo en el León Arena

No hay más apariencia que la lona azul de la piscina, improvisada traslación de lago artificial al coso taurino de León, durante esta semana academia de la vida en el agua. Academia del río, escuela del mundo que vivimos, herencia de la abuela naturaleza, que sería mejor no perder. En la clase teórica del evento itinerante sobre las aulas fluviales se trata de devolver a la sociedad, a la de hoy, al mismo cauce por el que corre el río. «A ver, un animal voraz, que se alimenta de peces y cangrejos, vive en nuestros ríos ...» plantea la monitora del Aula del Río ante su menuda audiencia, que cree tener la respuesta al acertijo: «El tiburón», espeta una niña desde el pupitre en el que tomó sus primeras lecciones prácticas sobre el momento esencial en el que uno va a ver su cara reflejada en el agua. El evento es idea de la consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, que a través de la fundación del Patrimonio Natural ha decidido recrear en un circo itinerante cómo es la vida fluvial, cuáles son sus ciclos, cuáles sus necesidades de conservación. León abrió ayer la gira de estas Aulas del Río que inauguró José Manuel Jiménez, viceconsejero de Desarrollo Sostenible, al que acompañó el delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Fernández. «Nuestra idea es trasladar esa enseñanza a la sociedad urbana, a los colegios y a las familias, para que conozcan la práctica de la pesca y se animen a acudir a los ríos», resumió el consejero viceconsejero de Medio Ambiente de la Junta, que dio por obvias las razones por las que León es punto de inicio de la ronda de las escuelas del río por la mayoría de las capitales de provincia de la comunidad: «En una tierra como León, donde la afición a la pesca y la presencia de ríos es tan notable, parece una tarea más fácil transmitir ese mensaje de conocimiento a la sociedad», dijo Jiménez.

Hay un teléfono para reservar hora a la clase presencial sobre la demostración de respeto al ecosistema fluvial, con un horario lectivo ocupado ya al 80%: 650 964 723. Las nociones básicas sobre el mundo del río facultan al proyecto de aficionado para la práctica de la pesca, sin muerte, que practicará con los artilugios propios de esta afición. Colaborarán las truchas en recrear el escenario, el momento único que supone el lance del sedal, sin más recurso que la destreza y una mosca artificial para convencer al pez de que muerda el señuelo. Parece un engaño, un placebo, pero es un milagro emocionante.